Poco imaginábamos que aquellas primeras clases y cuentacuentos para salir del paso iban a ser las primeras de muuuuchas y que dos meses después, esa cita semanal formaba ya parte de nuestras rutinas.
¡Qué sorpresa!....lo mejor es seguir viendo a nuestros alumnos, seguir compartiendo y acompañarles y sentir que, a pesar de todo, nos lo seguimos pasando bien, que siguen aprendiendo español y que aunque sea una gran o pequeña pizquita, nos hacemos la vida más bonita.
Hemos plantado semillas, escrito versos, creado poemas gráficos, jugado con los antónimos y los sinónimos, con la B y la V, hemos aprendido la hora, hemos hecho trucos de magia, recitado rimas, trabalenguas, hemos hecho de detectives, observado a los cisnes, a las mariquitas, hemos cantado, hemos bailado, hemos dibujado, coloreado y adivinado, y lo mas importante,
hemos experimentado y vivido lo que es aprender con este otro soporte,
que es una pantalla
y que aunque parezca que estamos lejos,
nos permite estar muy cerca.
Ha sido un aprendizaje positivo para todos y nos sentimos muy agradecidas,
pero estamos como locas de poder volver a dar nuestras clases auténticas,
presenciales,
de carne y hueso,
de ver lo mucho que han crecido,
de ver de muy cerca, cómo sus ojos se iluminan mientras nos cuentan cualquier anécdota que les haya pasado,
o mientras les leemos un cuento,
o cantamos juntos una canción.
Gracias,
gracias,
gracias.
Bea y Lali